La parálisis de Bell es un tipo temporal de debilidad o parálisis facial. Es una afección no contagiosa cuya causa exacta se desconoce.
Los síntomas y la parálisis asociados con la parálisis de Bell se producen debido a una inflamación que afecta al séptimo par craneal, el nervio facial.
Este nervio es importante para el movimiento y la sensación de la parte superior e inferior de la cara.
Si bien la parálisis de Bell en sí no es contagiosa, se cree que algunos tipos de infección viral pueden contribuir a su desarrollo. Estas infecciones virales son contagiosas.
Siga leyendo para obtener más información sobre las posibles causas virales de la parálisis de Bell, los síntomas y las opciones de tratamiento.
Causas virales
Se cree que la parálisis de Bell es el resultado de la reactivación de una infección viral. Se cree que esta reactivación causa inflamación alrededor del nervio facial, lo que lleva a la compresión y la aparición de los síntomas de la parálisis de Bell.
A continuación, exploraremos los tipos de infecciones virales que están asociadas con la parálisis de Bell.
Virus del herpes simple 1 (HSV-1)
El virus del herpes simple 1 (HSV-1) es el virus que causa el herpes labial. Se estima que el 67 por ciento de las personas menores de 50 años tienen HSV-1 en todo el mundo.
El HSV-1 es contagioso. Puede propagarse por contacto con personas infectadas:
- llagas
- saliva
- superficies orales
Aunque la transmisión puede ocurrir en cualquier momento, es más probable cuando hay herpes labial.
No existe cura para el VHS-1. El virus permanece en su cuerpo, latente en las células nerviosas, algunas de las cuales están asociadas con el nervio facial. En ocasiones, el virus puede reactivarse y provocar herpes labial.
Algunos investigadores han detectado HSV-1 en hasta el 50 por ciento de los casos de parálisis de Bell que han evaluado.
Un pequeño estudio encontró ADN de HSV-1 presente en la saliva de 11 de cada 38 personas con parálisis de Bell.
Virus de la varicela zóster (VZV)
El virus de la varicela zóster (VZV) es el virus que causa la varicela. También es contagiosa y se puede transmitir al entrar en contacto cercano con alguien que tenga una infección activa.
Ahora existe una vacuna para la varicela, lo que ha provocado una disminución significativa de nuevos casos.
Al igual que el HSV-1, el VZV permanece latente en los nervios después de la infección inicial. El virus a veces puede reactivarse más adelante en su vida, causando una condición llamada culebrilla.
Se ha detectado ADN del VZV en muestras de personas con parálisis de Bell. Sin embargo, esto ha ocurrido solo en un pequeño número de participantes del estudio.
Virus de Epstein-Barr (EBV)
El virus de Epstein-Barr (EBV) es el virus que causa la mononucleosis infecciosa (mono).
Es uno de los virus más comunes que se encuentran en los seres humanos, y la mayoría de las personas contraen la infección en algún momento de su vida.
El VEB es contagioso. Puede contagiarse a otras personas a través del contacto con fluidos corporales que contienen el virus, la mayoría de las veces saliva.
No existe cura para el VEB. Como tanto el HSV-1 como el VZV, el EBV permanece en su cuerpo después de la infección y ocasionalmente puede reactivarse.
El VEB se ha asociado con afecciones que afectan el sistema nervioso, incluidas las parálisis faciales.
Algunos estudios han encontrado evidencia de EBV o anticuerpos específicos de EBV en personas con parálisis de Bell.
Otros virus
Además de los tres virus que hemos discutido anteriormente, hay algunos otros que se han relacionado con menos frecuencia con casos de parálisis de Bell a través de investigaciones tanto antiguas como nuevas. Éstos incluyen:
- citomegalovirus (CMV)
- sarampión
- paperas
- adenovirus
Otras causas
Si bien se sospecha participación viral, la parálisis de Bell se clasifica como una condición idiopática. Una condición idiopática es aquella que aparece con poca o ninguna causa identificable.
Si la reactivación de una infección viral está involucrada en el desarrollo de la parálisis de Bell, ¿qué podría desencadenarla? Algunos de los desencadenantes propuestos incluyen:
- lesión o trauma
- estrés psicológico o físico
- la privación del sueño
- enfermedades leves o leves
- condiciones autoinmunes subyacentes
También vale la pena señalar que existen otras afecciones que pueden producir síntomas similares a los de la parálisis de Bell. Algunos ejemplos incluyen:
- lesión directa o trauma al nervio facial
- tumores que impactan el nervio facial
- enfermedad de Lyme
- Síndrome de Ramsay Hunt
- Síndorme de Guillain-Barré
- Miastenia gravis
- sarcoidosis
- golpe
Su médico descartará estas afecciones como parte de su diagnóstico diferencial.
Aproximadamente el 70 por ciento de los casos de debilidad o parálisis que afectan el nervio facial se diagnostican como parálisis de Bell.
Síntomas
Los síntomas de la parálisis de Bell pueden variar en intensidad de leve a grave. Los síntomas suelen alcanzar su punto máximo 72 horas después de su aparición y pueden incluir:
- debilidad o parálisis en un lado de la cara, particularmente en el área de los ojos, la frente o la boca
- problemas para hacer expresiones faciales, cerrar los ojos o masticar
- caída de la boca o el párpado
- babeando
- dolor facial o de oído
- síntomas oculares, que pueden incluir ojos secos o aumento de lagrimeo
- dolor de cabeza
- sensibilidad a ruidos fuertes
- perdida del gusto
Factores de riesgo
Hay algunos factores que pueden aumentar su riesgo de desarrollar parálisis de Bell. Éstos incluyen:
- embarazo, especialmente si hay preeclampsia
- diabetes
- hipertensión (presión arterial alta)
- obesidad
- Infección de las vías respiratorias superiores, como el resfriado común o la gripe.
Remedios caseros
Hay algunos remedios que puede probar en casa mientras se recupera de la parálisis de Bell. Éstos incluyen:
- Medicamentos de venta libre (OTC). Estos pueden ayudar a aliviar síntomas como dolor facial o dolor de cabeza. Algunos ejemplos incluyen acetaminofén (Tylenol), naproxeno (Aleve) e ibuprofeno (Advil, Motrin).
- Cuidado de ojos. Los síntomas como ojos secos se pueden aliviar con gotas para los ojos de venta libre, como lágrimas artificiales. Si tiene problemas para mantener el ojo cerrado, considere usar anteojos o un parche para ayudar a protegerlo de lesiones.
- Masaje. Un masaje suave puede ayudar a relajar los músculos de la cara afectados por la parálisis de Bell.
Tratos
Algunos de los tratamientos que su médico puede recetarle para la parálisis de Bell incluyen:
- Corticoesteroides. Los corticosteroides pueden ayudar a reducir la inflamación alrededor del nervio facial. Estos son más efectivos si se inician dentro de las 72 horas posteriores a los primeros síntomas.
- Antivirales. Dado que las infecciones virales pueden contribuir a la parálisis de Bell, es posible que también le administren medicamentos antivirales. Algunos ejemplos incluyen medicamentos como aciclovir (Zorivax) o valaciclovir (Valtrex).
- Terapia física. Un fisioterapeuta puede enseñarle ejercicios para ayudar a mantener o recuperar la función de los músculos faciales afectados.
- Cirugía. Por lo general, no se recomienda la cirugía para aliviar la presión sobre el nervio facial. Sin embargo, la cirugía plástica se puede utilizar para corregir el daño causado por la parálisis de Bell, como una sonrisa torcida o un párpado caído.
- Acupuntura. Existe alguna evidencia de que la acupuntura puede usarse para tratar la parálisis de Bell. Sin embargo, se necesita más investigación para respaldar esto.
Recuperación
Se estima que el 85 por ciento de las personas con parálisis de Bell experimentan alguna mejoría de los síntomas en 3 semanas.
En el 15 por ciento restante, puede llevar más tiempo ver una mejora, a veces hasta de 3 a 5 meses.
En general, alrededor del 71 por ciento de las personas con parálisis de Bell experimentan una recuperación completa. Sin embargo, algunas personas que han tenido parálisis de Bell pueden tener debilidad o parálisis facial permanente.
Los factores que pueden predecir una recuperación incompleta incluyen:
- tener síntomas severos
- pasar un período de tiempo más largo antes de que se observe una mejoría de los síntomas
- experimentando dolor persistente
Es posible que la parálisis de Bell vuelva a aparecer. Se ha estimado que esto ocurre entre el 5 y el 15 por ciento de los casos.
Cuando ver a un doctor
Los síntomas de la parálisis de Bell pueden ser similares a los de un derrame cerebral. Debido a esto, debe buscar atención médica inmediata si experimenta parálisis facial repentina o caída.
Solicite una cita con su médico si tiene debilidad facial o caída que se desarrolla durante un período de un par de días y se acompaña de otros síntomas de la parálisis de Bell, como:
- babeando
- dolor facial
- irritación de ojo
La línea de fondo
La parálisis de Bell es una condición que causa debilidad o parálisis facial. Se desconoce su causa exacta.
Si bien la parálisis de Bell en sí no es contagiosa, las investigaciones han indicado que algunos tipos de infección viral pueden contribuir a la afección. Estas infecciones virales son contagiosas y pueden incluir HSV-1, VZV y EBV.
La mayoría de los casos de parálisis de Bell se resuelven por completo, aunque algunas personas pueden tener debilidad o parálisis facial permanente. El tratamiento a menudo incluye medicamentos y fisioterapia.
Los síntomas de la parálisis de Bell son similares a los de un derrame cerebral. Siempre busque atención médica inmediata si tiene parálisis facial o caída repentina.