El colon es parte del intestino grueso, la parte final del sistema digestivo. Su función es reabsorber líquidos y procesar los productos de desecho del organismo y prepararlos para su eliminación. El colon consta de cuatro partes: colon descendente, colon ascendente, colon transverso y colon sigmoide.
Mientras que el intestino delgado juega un papel importante en la absorción de nutrientes de los alimentos, el intestino grueso juega un papel mucho más pequeño. Almacena desechos, recupera agua, mantiene el equilibrio hídrico, absorbe ciertas vitaminas (como la vitamina K) y proporciona fermentación asistida por la flora (principalmente bacteriana).
El colon descendente se encuentra en el lado izquierdo del intestino grueso y se extiende desde la curva debajo del bazo hasta el colon sigmoide. El colon descendente almacena la comida que se vaciará en el recto. El colon se mantiene en su lugar mediante el peritoneo, una capa delgada de tejido que sostiene los órganos abdominales. Los vasos sanguíneos, los vasos linfáticos y los nervios atraviesan el peritoneo para llegar a varios órganos.
