Los seres humanos son sexuales, lo que significa que se necesitan tanto un hombre como una mujer para reproducirse. Cada uno está equipado con órganos específicos capaces de producir células específicas necesarias para procrear.
Junto con los órganos reproductores de la mujer, las relaciones sexuales pueden conducir a la reproducción de la vida humana.
Para los hombres, los órganos reproductores externos incluyen:
- Pene: este órgano tubular y muscular se llena de sangre durante la excitación, lo que hace posible las relaciones sexuales.
- Escroto: este saco en forma de bolsa cuelga debajo del pene y recubre los testículos o testículos.
- Testículos: estos dos órganos de forma ovalada producen espermatozoides y testosterona.
Si bien todos los hombres nacen con todos sus órganos sexuales, no comienzan a funcionar completamente hasta la pubertad. La edad promedio de la pubertad para los hombres es alrededor de los 12 años. Durante este tiempo, los cambios hormonales afectan las gónadas de un niño y crean cambios duraderos que normalmente se han visto a lo largo de la historia como "cuando un niño se convierte en hombre". Este proceso tiene muchos efectos, como el crecimiento de la estatura, el desarrollo muscular y el crecimiento del vello en los genitales y la cara.
En términos de reproducción, la pubertad señala el momento en que un hombre tiene órganos sexuales en pleno funcionamiento y es capaz de engendrar una descendencia.
Los testículos masculinos producen espermatozoides (más comúnmente denominados espermatozoides), que se liberan en el clímax sexual u orgasmo. Esto se conoce como eyaculación. Los espermatozoides salen del pene en una mezcla de secreciones diseñadas para nutrir y transportar las células al sistema reproductor femenino para la procreación.
Hay hasta 750 millones de espermatozoides contenidos en una sola eyaculación, pero solo se necesita un espermatozoide para fertilizar el óvulo de una mujer.
Los testículos también producen la hormona testosterona, que se absorbe directamente en el torrente sanguíneo. Además de regular la producción de esperma y mantener la función sexual, la testosterona también facilita las características comunes que distinguen físicamente a los hombres de las mujeres, como el vello facial, una voz más profunda, más masa muscular y hombros más anchos; estos se conocen como "características sexuales secundarias".
A medida que un hombre envejece, la función sexual suele disminuir. Las anomalías sexuales típicas en los hombres incluyen:
- Impotencia (disfunción eréctil)
- Esterilidad
- Recuento bajo de espermatozoides
- Testosterona baja
- Eyaculacion precoz