La terapia con insulina juega un papel crucial en el control del azúcar en sangre y puede ayudarlo a prevenir complicaciones de la diabetes.
Es posible que deba tomar un solo tipo de insulina o una combinación de varios tipos de insulina durante el día. Esto depende de varios factores de estilo de vida, su dieta y qué tan bien se controla su azúcar en la sangre entre comidas.
A veces, el uso de insulina puede resultar complicado. A continuación, se incluyen algunas recomendaciones a las que debe prestar atención a medida que aprende a controlar eficazmente su diabetes con insulina.
Rote el lugar donde se inyecta la insulina
Trate de no inyectarse la insulina en el mismo lugar exacto de su cuerpo cada vez. Esto es para prevenir una condición llamada lipodistrofia. En la lipodistrofia, la grasa debajo de la piel se descompone o se acumula y forma grumos o hendiduras que pueden obstruir la absorción de insulina.
En su lugar, rote los lugares de inyección. Los mejores lugares para inyectarse insulina son el abdomen, la parte frontal o lateral de los muslos, la parte superior de los glúteos y la parte superior de los brazos debido a su mayor contenido de grasa. Cada inyección debe estar al menos a dos pulgadas del sitio anterior. Trate de no inyectarse demasiado cerca de su ombligo (al menos a dos pulgadas de distancia) o en los lunares o cicatrices.
En el caso de la insulina a la hora de las comidas, es mejor utilizar de forma constante la misma parte del cuerpo para cada comida. Por ejemplo, puede inyectarse en el estómago antes del desayuno, en el muslo antes del almuerzo y en el brazo antes de la cena.
Limpia tu piel antes de inyectarte
Limpie su piel con un algodón humedecido en alcohol o una gasa con alcohol antes de inyectarse. Espere 20 segundos para que se seque el área antes de inyectarse. Esto ayuda a evitar infecciones.
También debe lavarse bien las manos con agua tibia y jabón antes de manipular las agujas.
Compruebe su nivel de azúcar en sangre con regularidad y anote cada medida.
Su tratamiento con insulina implica mucho más que inyectarse insulina. Debe controlar su nivel de azúcar en sangre con regularidad mediante un monitor de glucosa en sangre. La necesidad constante de medir su nivel de azúcar en sangre puede parecer una carga, pero es una parte crucial de su plan de atención para la diabetes.
Las mediciones de azúcar en sangre pueden cambiar según su nivel de estrés, la cantidad de ejercicio que esté haciendo, la enfermedad, los cambios en su dieta e incluso los cambios hormonales durante el mes. Los cambios importantes podrían significar que tenga que ajustar su dosis de insulina.
Anote cada medida o regístrela en una aplicación en su teléfono para mostrársela a su médico. Su médico necesita esta información para determinar cuánta insulina es adecuada para usted.
Cuente sus carbohidratos antes de usar insulina a la hora de comer
La cantidad de insulina a la hora de las comidas que necesita inyectarse se basa en la cantidad de porciones de carbohidratos que planea comer durante una comida. Con el tiempo, mejorará en determinar su ingesta de carbohidratos. Mientras tanto, un dietista puede ayudarlo a elaborar un plan de alimentación que funcione para usted.
También hay varias aplicaciones para teléfonos inteligentes y calculadoras en Internet disponibles para ayudarlo a determinar su ingesta de carbohidratos y la dosis de insulina correspondiente.
Conozca los signos de hipoglucemia
La hipoglucemia (nivel bajo de azúcar en sangre) puede ocurrir cuando se toma la dosis de insulina incorrecta, no come suficientes carbohidratos inmediatamente después de administrarse la insulina, hace más ejercicio de lo habitual o cuando está estresado.
Debe tomarse el tiempo para conocer los signos y síntomas de la hipoglucemia, que incluyen:
- cansancio
- bostezando
- ser incapaz de hablar o pensar con claridad
- pérdida de coordinación muscular
- transpiración
- piel pálida
- convulsiones
- pérdida de consciencia
También debe aprender a controlar la hipoglucemia si le ocurre. Por ejemplo, puede comer o beber tabletas de glucosa, jugo, refrescos o caramelos duros. También debe tener mucho cuidado después de un ejercicio vigoroso, ya que puede reducir el azúcar en sangre durante horas después del entrenamiento.
Dígale a sus amigos y familiares que está tomando insulina
Es una buena idea enseñar a sus amigos, colegas y familiares sobre la insulina y sus posibles efectos secundarios. Si termina tomando demasiada insulina y teniendo un episodio de hipoglucemia, ellos deben saber cómo ayudar.
Si pierde el conocimiento, un amigo o familiar puede inyectarle glucagón. Hable con su médico acerca de tener un suministro de glucagón a mano y aprender cuándo y cómo usarlo.
No inyecte la insulina demasiado profundo
Se supone que la insulina se inyecta en la capa de grasa debajo de la piel con una aguja corta. Esto se conoce como inyección subcutánea.
Si inyecta la insulina demasiado profundo y entra en su músculo, su cuerpo puede absorberla demasiado rápido. Es posible que la insulina no dure mucho y que la inyección sea muy dolorosa.
No espere más de 15 minutos para comer después de tomar una insulina a la hora de comer.
Las insulinas de acción rápida (a la hora de comer) fueron diseñadas para tomarse justo antes de comer para ayudarlo a controlar su azúcar en sangre de manera más efectiva.
Como sugiere el nombre, la insulina de acción rápida comienza a actuar rápidamente en el torrente sanguíneo. Si espera demasiado para comer, su nivel de azúcar en sangre puede terminar bajando demasiado. Esto lo pone en riesgo de hipoglucemia.
Si, por alguna razón, no puede comer después de haberse tomado la insulina a la hora de comer, debe llevar consigo tabletas de glucosa, jugo, refrescos no dietéticos, pasas o caramelos duros para evitar la hipoglucemia.
No entre en pánico si accidentalmente toma la dosis incorrecta
Calcular la dosis correcta de insulina a la hora de comer puede ser complicado al principio, especialmente si no sabe cuántos carbohidratos va a ingerir en su próxima comida.
Trate de no entrar en pánico si se da cuenta de que tomó demasiada o muy poca insulina.
Si cree que ha tomado demasiado insulina, coma algunos carbohidratos de rápida absorción, como jugos o tabletas de glucosa. Además, es posible que desee llamar a su médico.
Si ha tomado mucho más de lo que necesita (como el doble o el triple de la dosis correcta), pídale a un amigo o familiar que lo lleve a un hospital. Es posible que deba ser observado para detectar niveles bajos de azúcar en sangre.
Si cree que ha tomado demasiado poco insulina, o se olvidó por completo de tomarla antes de la comida, mida su nivel de azúcar en sangre. Si aumenta demasiado, es posible que deba tomar una insulina de acción corta o rápida (a la hora de comer) como medida correctiva para reducir sus niveles de glucosa en sangre. Si no está seguro acerca de la dosis, busque el consejo de su médico o del equipo de atención de la diabetes.
Si su glucosa sigue siendo demasiado alta incluso después de una dosis de corrección, déle tiempo. Inyectarse demasiado pronto puede provocar niveles de glucosa peligrosamente bajos.
Cuando llegue el momento de tomar la siguiente inyección, es posible que tenga un mayor riesgo de hipoglucemia. Debe controlar sus niveles de glucosa en sangre más de lo habitual durante las próximas 24 horas.
No cambie su dosis de insulina ni deje de tomarla sin antes consultar con su médico.
Cambiar su medicación de insulina o cambiar la dosis sin consultar con un médico puede ponerlo en riesgo de sufrir efectos secundarios y complicaciones graves.
Si tiene diabetes tipo 2, debe consultar a su médico o endocrinólogo para un chequeo aproximadamente cada tres o cuatro meses. En su cita, su médico puede evaluar sus necesidades individuales de insulina y brindarle la capacitación adecuada sobre nuevas dosis o métodos de dosificación.
La línea de fondo
La inyección de insulina es sencilla, segura y eficaz siempre que aprenda las técnicas adecuadas y lleve un registro minucioso de su nivel de azúcar en sangre.
Si tiene preguntas o inquietudes, no se olvide de su equipo de atención de la diabetes, que incluye a sus médicos, enfermeras, dietistas, farmacéuticos y educadores en diabetes. Ellos están ahí para guiarlo a través del proceso y responder cualquier pregunta que surja.