La epilepsia es una afección tratable y, en la mayoría de los casos, se puede controlar bien con la medicación adecuada. Aproximadamente la mitad de las personas con epilepsia dejan de tener convulsiones con el primer medicamento que prueban. Sin embargo, muchas personas necesitan probar más de una opción para controlar las convulsiones.
Si está usando medicamentos para tratar su epilepsia y aún tiene convulsiones, o si su medicamento está causando efectos secundarios incómodos, podría ser el momento de hablar con su médico sobre un nuevo enfoque de tratamiento.
La siguiente guía de discusión está diseñada para prepararlo para su cita con el médico y comenzar la conversación.
¿Cuáles son mis factores desencadenantes?
Parte del manejo de su epilepsia es identificar los desencadenantes que pueden afectar su tratamiento. Es una buena idea hablar con su médico sobre si algún factor externo o de estilo de vida podría estar influyendo en sus convulsiones.
Algunos desencadenantes comunes pueden incluir:
- olvidarse de tomar su medicación
- estar enfermo con otra enfermedad
- no ha dormido lo suficiente
- sentirse más estresado de lo habitual
- estar expuesto a luces intermitentes o parpadeantes
- faltar una o más comidas
- estar en tu período
- beber más de la cantidad recomendada de alcohol
Llevar un diario es una de las mejores formas de detectar los factores desencadenantes. Cuando tenga una convulsión, tome nota de la hora y la fecha, cuánto duró y cualquier factor externo o de estilo de vida presente. Lleve este diario a todas sus citas. Le permite revisar su progreso con su médico y buscar patrones potenciales.
¿Debería aumentar mi dosis?
Por lo general, cuando comienza a tomar un nuevo medicamento para las convulsiones, su médico comenzará con una dosis baja y luego la aumentará lentamente según su respuesta. Si su dosis actual no parece prevenir las convulsiones, pregunte si podría ayudar a aumentarla.
A veces, un aumento de la dosis puede significar una rutina diferente sobre cómo y cuándo tomar su medicamento. Por lo tanto, si su médico decide aumentar su dosis, asegúrese de anotar cualquier cambio en su programa de tratamiento.
Si ya está tomando la dosis más alta recomendada de su medicamento actual, podría ser el momento de explorar diferentes opciones.
¿Es posible que mis otros medicamentos estén afectando mi tratamiento?
Algunos de los medicamentos que está tomando para otras afecciones de salud podrían interactuar con su tratamiento para la epilepsia. Hable con su médico sobre si esta es una posibilidad. Si hay un conflicto entre dos o más de sus medicamentos, su médico puede aconsejarle sobre la mejor manera de ayudar a moderar su horario de medicamentos.
También es útil preguntar si su tratamiento para la epilepsia puede funcionar mejor cuando se toma con otros medicamentos. A veces, se necesita una combinación de varios medicamentos diferentes para controlar mejor las convulsiones. Hable con su médico sobre si agregar un medicamento complementario podría ayudar.
Si empiezo a tomar un nuevo medicamento, ¿qué tipo de efectos secundarios puedo esperar?
Si su médico le inicia con un nuevo medicamento, debe estar al tanto de los posibles efectos secundarios.
Los efectos secundarios típicos de los medicamentos anticonvulsivos pueden incluir:
- perdida de energia
- dolores de cabeza
- mareo
- irritación leve de la piel
- fluctuaciones de peso
- pérdida de coordinación
- densidad ósea reducida
- problemas del habla y la memoria
En ciertos casos, los medicamentos para la epilepsia pueden causar efectos secundarios más graves, como:
- depresión
- inflamación de los órganos
- irritación severa de la piel
- pensamientos suicidas
Si comienza a experimentar alguno de estos síntomas, debe comunicarse con su médico de inmediato.
¿Existen otras opciones de tratamiento que puedan ayudar?
Las investigaciones sugieren que sus posibilidades de estar libre de convulsiones disminuyen con cada régimen sucesivo de medicamentos para la epilepsia. Por lo tanto, si ya ha probado dos o más medicamentos diferentes sin éxito, debe hablar con su médico sobre las alternativas no farmacológicas.
A continuación se presentan cuatro de las opciones de tratamiento más comunes para la epilepsia cuando los medicamentos no parecen prevenir las convulsiones.
Cirugía
Para algunas personas con epilepsia, la cirugía para extirpar la parte del cerebro que está causando las convulsiones puede ayudar. Si sus convulsiones provienen de un área pequeña de su cerebro que no controla funciones vitales como el habla, la visión, la audición o la movilidad, la cirugía puede ser una opción.
Muchas personas que se someten a cirugía continúan tomando medicamentos para controlar sus convulsiones. Es posible que pueda reducir su dosis y tomar medicamentos con menos frecuencia.
Sin embargo, es importante discutir los riesgos con su médico antes de decidir si es adecuado para usted. Existe la posibilidad de que la cirugía cerebral pueda causar problemas con su estado de ánimo y memoria.
Estimulación del nervio vago
Otro tratamiento alternativo para la epilepsia es la estimulación del nervio vago (ENV), en la que se implanta un dispositivo similar a un marcapasos debajo de la piel del pecho. El estimulador envía ráfagas de energía a su cerebro a través del nervio vago en su cuello. VNS tiene el potencial de reducir las convulsiones hasta en un 40 por ciento.
Al igual que después de la cirugía, la mayoría de las personas que usan VNS aún necesitan tomar medicamentos, pero en una dosis más baja. Los efectos secundarios comunes de VNS incluyen dolor de garganta y problemas respiratorios.
Neuroestimulación receptiva
Otro tratamiento alternativo para la epilepsia es la neuroestimulación sensible (RNS). En RNS, se implanta un estimulador en su cerebro en la fuente de sus convulsiones. Este dispositivo está programado para reconocer el patrón eléctrico de la convulsión y enviar estimulación cuando se detectan patrones inusuales. El RNS puede reducir las convulsiones entre un 60 y un 70 por ciento.
La mayoría de las personas que usan RNS todavía necesitarán tomar medicamentos, pero generalmente se puede reducir la dosis de medicamento. La mayoría de las personas con RNS no presentan efectos secundarios.
Dieta cetogénica
Para ciertas personas con epilepsia, un cambio en la dieta puede ayudar a reducir la frecuencia de las convulsiones. Una dieta cetogénica hace que su cuerpo cree energía al descomponer las grasas en lugar de los carbohidratos. Por lo general, implica comer tres o cuatro gramos de grasa por cada gramo de carbohidratos, lo que significa que alrededor del 90 por ciento de sus calorías diarias provendrá de la grasa.
Existe el riesgo de que la adopción de esta dieta pueda provocar desnutrición. También puede causar problemas de salud como estreñimiento y cálculos renales. Es importante que hable con su médico antes de probarlo.
¿Puedo formar parte de un ensayo clínico?
Si ha probado varias opciones de tratamiento diferentes y aún no está libre de convulsiones, puede valer la pena buscar otras opciones. Considere preguntarle a su médico sobre la participación en ensayos clínicos y estudios de investigación. Es posible que el medicamento o dispositivo que se está probando en el ensayo no funcione para usted. Pero su participación podría ayudar a otras personas con epilepsia en el futuro.
Dependiendo de dónde se encuentre en su tratamiento, es posible que no califique para ciertos ensayos o estudios. Asegúrese de hablar primero con su médico sobre su elegibilidad.
La comida para llevar
Recuerde que incluso si ha probado varios medicamentos para la epilepsia sin éxito, todavía hay esperanza. Existe una amplia variedad de nuevos tratamientos en desarrollo que utilizan las últimas tecnologías para ayudar a rastrear y prevenir las convulsiones.
Todavía es posible que algún día no tenga convulsiones. Esta guía está destinada a ser un punto de partida útil. Si tiene preguntas para su médico sobre su tratamiento de la epilepsia, no dude en preguntar.